Ya tienes tu lista de personajes principales y secundarios, y tienes definido tu compañero de aventuras (si es que lo tendrás en tu novela). Ahora solo te falta armar tu antagonista. Te podrás preguntas ¿Qué es el antagonista? ¿Cómo lo desarrollo? Pues bien, EL ANTAGONISTA ES EL ADVERSARIO DE TU PROTAGONISTA Un antagonista no tiene que ser malvado, ni siquiera tiene que ser malo, solamente debe oponerse a tu protagonista durante el desarrollo de la historia. Representa la fuerza aparente y necesaria para que exista un conflicto. No tiene que ser humano (como ya hemos visto con otros personajes en EL COMPAÑERO), puede representar algún elemento psicológico o místico. Incluso el mismo protagonista puede presentar elementos psicológicos que lo hagan también su propio antagonista. Alejandro Marcos (@Centauros_Orion) nos dice que, a veces, este personaje puede no ser consciente de que actúa en oposición al protagonista, por lo que no siempre participará contra el personaje principal, sino movido por su propio deseo interno, lo que lo hace un personaje mucho más profundo. TIPOS DE ANTAGONISTA 1. EL ANTAGONISTA INTERNO: Es el que está dentro del protagonista. Es un sentimiento negativo al que el protagonista debe sobreponerse para obtener lo que quiere: una doble personalidad, la duda, baja autoestima, por ejemplo. 2. EL ANTAGONISTA EXTERNO: Hay tres tipos distintos dentro de ésta clasificación: a. El malvado antagonista externo: Es el antagonista estereotípico que es malvado. Pero ciertamente no queremos que nuestro personaje parezca un estereotipo. Entonces ¿Cómo hago para evitarlo?: Enfatizando la humanidad de tu personaje. El malvado nunca fue malvado desde el principio (caso de Maléfica de Disney). También aman a algo o a alguien, ó aún encontramos luz en su interior, como el Darth Vader de Star Wars. b. El antagonista externo que no es de una especie: Dentro de esta sub clasificación, encontramos tres grandes grupos principales: la enfermedad, la tecnología y la naturaleza. Un antagonista externo que no es de alguna especia (humana o extraterrestre) presenta sus propios retos. Es mucho más difícil hacer que la gente se conecte con un antagonista de este tipo, lo que hace que muchas veces el lector se enfoque en el protagonista. Generalmente en una novela con un antagonista de no-especie, se usa un personaje como representante del antagonista. Caso del Ojo de Mordor en El Señor de los Anillos, ese antagonista no-especie, fue representado por su maligno compañero Saruman. c. El antagonista externo cualquiera: Cualquiera puede ser el antagonista de tu novela. Si tu antagonista es una persona o grupo de personas u organización que no cuadra dentro de otros tipos de antagonista externo, pertenece a este grupo. Este personaje, repetimos, no tiene que ser malvado o malo. Por ejemplo: tu protagonista quiere construir un centro comercial en una zona forestal y tu antagonista trata de prevenirlo porque piensa que le hará daño al ecosistema, al ambiente. El protagonista en cambio piensa que con la construcción del centro comercial se desarrollará el pueblo y traerá inversiones y modernidad. El antagonista no es malo, ni siquiera está equivocado, pero está en conflicto directo con el protagonista. PAUTAS PARA ESCRIBIR TU ANTAGONISTA 1. DEBE ESTAR COMPLETAMENTE DESARROLLADO: El personaje debe ser real, ser intelectual y emocionalmente fascinante. El lector debe entender porqué está causando el conflicto con el protagonista. 2. EL ANTAGONISTA NO DEBE PENSAR QUE ES EL ANTAGONISTA: No está mal escrito. Cada relación protagonista-antagonista tiene dos lados, y es poco probable que alguna parte piense que está en el lado equivocado. Esto significa que el antagonista es el protagonista de su propia historia. Por ejemplo, si escribiéramos la historia de Lord Voldemort de Harry Potter, tendríamos que decir que es la historia de un niño que se dio cuenta que era mago y a medida que sus habilidades de mago avanzaban, comenzó a creer que los Muggles (humanos no magos) eran inferiores, una raza peligrosa, y el mundo mágico necesitaba protección de su terrible influencia. Una historia contada desde esta perspectiva, se entendería correcta. Esto aplica también para un antagonista interno, en donde se contaría la historia de lo correcto que se siente estar deprimido o no tener autoestima. Si vas a incluir algo en tu escritura desde la perspectiva del antagonista, asegúrate de recordar esto: DESDE LA PERSPECTIVA DEL ANTAGONISTA, ÉL ES EL PROTAGONISTA 3. PODER: Tu antagonista debe ser poderoso, tanto, que el lector pueda llegar a pensar que va a vencer a tu protagonista. Pero tampoco puede ser tan poderoso, que llegue a ser invencible. Es una fina línea, pero debes conseguir el balance entre mucho y poco poder. 4. EL ANTAGONISTA NECESITA ALGUNAS VICTORIAS: Tu protagonista no puede ganar todas las veces, porque sino, no habría conflicto. Tu antagonista debe ganar algunas veces aunque lo más probable es que pierda al final, pero no debe mostrarse como una conclusión segura mientras se lee la historia. 5. DESARROLLA UN SENTIMIENTO AMOR/ODIO: A las personas nos gusta leer sobre personajes que son fuertes, y esto aplica tanto al protagonista como al antagonista. Hay dos sentimientos asociados con el antagonista: amor y odio. Sentimientos fuertes, pero completamente ambivalentes. En todo caso, el antagonista representa todo aquello que queremos cambiar para un mayor bien. El antagonista no necesariamente tiene que ser siempre humano, ni tampoco en sí mismo bueno o malo. También puede representar un elemento psicológico, místico, una enfermedad, una institución ó un sistema político o religioso. Cada género lo manejará de manera distinta. Lo importante es que el lector lo sienta de manera real, con profundidad, y no un mero arquetipo de relleno en tu historia. ¡Sigue adelante! OTROS LINKS QUE TE PUEDEN INTERESAR
2 Comentarios
Adlyz Caliman
30/7/2023 12:06:01 pm
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