Ya comenzaste a llenar la página en blanco , y como toda historia, requiere de unos personajes principales y secundarios que son los que ejecutarán la acción, es decir, necesitas un reparto de actores. El reparto puede ser muy grande –como el de Harry Potter de J.K.Rowling- o puede ser pequeño como Platero y yo de Juan Ramón Jiménez. Cualquiera que sea el tamaño de tu reparto de personajes, debes organizarlo de alguna manera. ¿De dónde sacas a estas personas? ¿Cómo haces para que sean buenos personajes? Tienes 4 fuentes diferentes: Tú mismo, personas reales que conoces, personas reales que no conoces y personas imaginarias. 1. TÚ MISMO COMO PERSONAJE: En algún sentido, cada personaje que creas es una versión de ti mismo, y aunque nunca hayas asesinado, por ejemplo, la rabia de tu asesino, vendrá de tu memoria de tus rabias más explosivas, o de escenas que quizás hayas visto en alguna pelñicula pero que guardas en tu memoria. Tus escenas de amor, usarán tu propio pasado de besos, caricias y momentos íntimos. La fortaleza de utilizarte como personaje, es que te conoces los detalles concretos y puedes acceder a ellos con facilidad: el olor de la tocineta friéndose en el desayuno, el diálogo de unos policías en la casa precintada, la luz del sol que atraviesa las hojas de los árboles al mediodía. Estas son acciones invaluables al momento de crear una ficción creíble. Más importante aún, es tu recuerdo emocional. Lo que sentiste en el momento que te sucedió la evocación que representas: exaltación, miedo, pánico, ternura, desesperanza o cualquier otra emoción. Cuando te usas a ti mismo como personaje, es porque estás escribiendo una autobiografía o simplemente puedes usar tu propia experiencia con un protagonista distinto. En este caso, te sirve para tomar ventaja y control del conocimiento de la situación en el que está inmerso tu personaje, valiéndote de tu experiencia en situaciones similares. 2. Personas reales que conoces: Muchos personajes famosos están basados en parte, en personas reales. Así como los personajes creados a partir de ti mismo, los personajes ficticios basados en otros, parece ser la forma más efectiva de construirlos. Combinarlos además, te da una gran flexibilidad y tus amigos o familiares de quienes has tomado las características, no podrán reconocerse a sí mismos –o les costará mucho- y no se molestarán contigo, ni te demandarán. Por ejemplo, supón que tu personaje tiene la personalidad explosiva de tu tío Alberto, y el orgullo de tu prima Cristina. A tu personaje no se le olvida una afrenta. Pero tu tío Alberto no se reconocerá porque a él se le pasa rápidamente el enojo, Tu prima Cristina no se reconocerá porque ella no tiene un carácter explosivo como si lo tiene tu personaje. ¿Me vas siguiendo el juego? 3. Personas reales que no conoces: Puedes también basarte en personas que no conoces personalmente pero que has leído o escuchado de ellos. Esto te puede funcionar perfectamente porque estás creando el personaje con las características que conoces e imaginando el resto. Digamos por ejemplo que leíste sobre una mujer que fallece y le dona 10.000.000 $ a un hospital veterinario que visitó solo una vez, hace 30 años cuando se estaba muriendo su perro. Nunca conociste a esa mujer, es una extraña para ti, solo tienes la nota del periódico y una foto. Pero algo sobre la situación te llamó la atención. ¿Qué tipo de persona haría eso? Entonces comienzas a imaginártela, lo que debió haber significado su perro para ella y si habían o no otras personas a quienes les pudo haber dejado su herencia. Dentro de poco habrás creado un interesante y complejo personaje sobre el que quieres escribir. 4. Personas Imaginarias: Crear personajes puramente inventados es bastante similar a basarlos en personas que no conoces. La única diferencia es la referencia real de las características físicas que existen en el caso anterior, ya que sus características emocionales, que es lo que engancha al lector, serán inventadas en su mayoría. Ahora bien, si escribes sobre hadas, extraterrestres o seres imaginarios, no hay referencia personal que valga, en este caso, será tu imaginación y creatividad lo que produzca al personaje en su totalidad. Ahora bien, tienes 4 distintas fuentes para crear tus actores pero, ¿Cómo los construyes? ¿Qué elementos del personaje debes conocer para comenzar a escribir? Por supuesto que depende de la historia, sin embargo, y aunque no vayas a utilizar todos los datos o características que le conoces, te aconsejo llenar una ficha del personaje con sus características básicas y otras no tanto. Por ara editar. Es importante destacar que no todos tus personajes importan de la misma manera para la trama de la historia. Uno de ellos es la estrella –el protagonista- aunque puede haber más de uno en novelas largas, pero no es lo común, y es la persona sobre la cual gira la historia. Por ejemplo: Harry Potter en su saga epónima. Tu actor principal tiene la mayor atención en tu escritura y por lo tanto, la del lector también. Otros actores son necesarios para la historia aunque no tan bien delineados como el protagonista. Y otros, apenas un esbozo, pero que son necesarios en tu ambientación. Ahora bien: ¿cuál debería ser el protagonista y cuál el secundario? Escoger un personaje principal resultará en una novela. Escoger otro, resultará en una novela diferente. Ni mejor , ni peor, solo distinta. Nuestro objetivo aquí es analizar la importancia de cada miembro de tu reparto en orden de identificar la participación de cada uno. Un aspecto del proceso de selección es mirar a cada actor y decidir si funcionará mejor como personaje arcilla o como piedra. La distinción es crítica para la caracterización y para la trama. Los personajes arcilla son aquellos que son moldeables y cambian de manera significativa como resultado de los eventos de la historia. Aprenden algo o crecen para convertirse en mejores o peores personas, pero para el final de la historia, no son los mismos que iniciaron el viaje. También se les llama personajes redondos. Por ejemplo Harry, en Harry Potter, cambia y pasa de ser un niño huérfano en un mundo de humanos –muggles-, a ser el salvador del mundo de los magos. Su cambio, el arco del personaje, es muy grande. Otros personajes son los piedra. Estos no cambian con los eventos que se suscitan en el libro. Son los mismos de inicio a fin. También se les conoce como personajes planos. Por ejemplo y siguiendo a Harry Potter, tenemos a Albus Dumbledore, quien es el mismo durante toda la saga: sabio, protector y orientador de Harry. ¿Significa esto que los personajes arcilla son mejores que los piedra como protagonistas?: NO. Todo depende de la particular historia que quieras contar. Por ejemplo, Don Quijote de la Mancha. Tenemos a su personaje principal: Don Quijote y su personaje secundario más importante: Sancho Panza. Don Quijote es un personaje plano, que no cambia durante toda la historia caballeresca. En cambio, Sancho Panza, es el único que evoluciona en la historia y no es el protagonista. Jugar mentalmente con las opciones puede ayudarte a ensamblar los personajes adecuadamente. Hay muchas maneras de contar cualquier historia y mientras más formas consideres antes de empezar, te dará más chance de hallar la combinación perfecta que encienda más tu imaginación y te lleve a escribir tu mejor ficción. Para saber como funcionarán tus personajes empieza haciéndote las siguientes preguntas: - ¿Estoy genuinamente interesado en este personaje? ¿Puedo pensar en él momentos raros, imaginando su vida pasada, inventado frases y diálogos? Si la respuesta es no, no lo escribirás muy bien. - ¿Es este personaje o situación en la que está, fresca e interesante en diversas maneras? - ¿Puedo mantener suficiente objetividad sobre este personaje, combinado con suficiente identificación para practicar en mi mente la triple posición de personaje-escritor-lector mientras escribo? - ¿Quiero que este personaje sea arcilla o piedra? Si pienso que será arcilla ¿Se siente como que tiene la capacidad de cambiar a través del arco emocional que he planificado para él? Hemos trabajado con el personaje que pensamos puede ser el principal de la historia. Ahora pensemos sobre el resto de actores. Cada uno puede jugar un rol distinto en la novela. Supongamos que estamos escribiendo la historia de la mujer que dona su herencia de 10.000.000$ al hospital veterinario. ¿Quiénes pueden ser otros actores del drama? Algunas posibilidades: - El veterinario que curó a su perro hace 30 años. Ahora es un hombre mayor ¿Se acordará de ella? - El hijo de la mujer, furioso por no heredar dinero. - El joven abogado que maneja la herencia, preocupado por la situación. - La hija de veterinario. El veterinario muere antes del registro del cobro de la herencia. De hecho, (se te acaba de ocurrir) el testamento original se ha extraviado y el abogado tiene una copia. El veterinario muere en extrañas circunstancias. La hija sospecha. - El nieto de 12 años de la mujer, es testigo de toda la pelea. - El ama de llaves de la señora, también amante de los perros, quién se pregunta porqué le habrá dejado el dinero a ese hospital veterinario, cuando sus otros perros fueron llevados a otro hospital diferente. Todos estos actores y alguno de ellos pudiera ser la estrella, la que puedes identificar pensando que tipo de historia deseas escribir y cual excita más tu imaginación. Lo más importante es que tus personajes sean personas de las que estás genuinamente interesado y emocionado en crear. Debes conocerlos a fondo y darles vida en tu imaginación. Si lo haces bien, habrás creado personajes de los que tus lectores querrán saber más. ¡Sigue adelante! OTROS LINKS QUE TE PUEDEN INTERESAR:
2 Comentarios
29/10/2020 03:14:00 am
Gracias tus ideas son fantásticas, estoy diseñando mi novela con loca seguridad.Tu me la has otorgado.
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Adlyz Caliman
30/10/2020 08:24:28 am
Uaooo Gracias Maria Laura por ese comentario tan inspirador.
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